domingo, 6 de marzo de 2016

Érase una vez un desayuno...


Hicimos un desayuno un tanto peculiar, pensábamos que iba a ser un desayuno igual para todos, pero no. Cada uno tenía un lugar asignado, a mí me tocó Asia dónde éramos un montón de compañeros con unos pocos paquetes de tortitas de maiz y arroz. A algunos les tocó en África donde sólo tenían dos platos de cuscus, algunos el latinoamerica que tenían leche y diversas galletas y unos pocos les tocó estar en Estados Unidos donde tenían de todo desde jamón serrano a fresas con nata. 
Los de Estados Unidos nos intentaban lanzar magdalenas o cosas parecidas,  otros intentaban robar y si les pillaban iban a la cárcel. Este desayuno nos hizo ver la injusticia que hay en el mundo. 
Luego fuimos a clase debatiendo la experiencia. Al final teníamos que tomar una decisión sobre lo que híbamos a hacer con la comida. Decidimos llevarla a un comedor social. Así lo hicimos al final del día fuimos unos pocos a llevarlo al comedor social.
Esto ha sido una experiencia inolvidable...

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